martes, 14 de agosto de 2012

“Laterraza” del restaurante Ramsés

Conocemos el restaurante Ramsés casi desde su apertura. Tiene una excelente ubicación en la plaza de la Independencia y un grandioso local (ocupa tres plantas del precioso edificio que lo alberga) con una estética ciertamente sofisticada, mérito del afamado Philippe Starck. Sin embargo, como ya comentamos en nuestro primer artículo sobre Ramsés, en nuestra opinión no se ha dado la misma prioridad ni al aspecto gastronómico ni a la calidad del servicio y, con ello, el restaurante no termina de consolidarse como demuestra el hecho de que haya tenido que cerrar temporalmente el Bistró (comedor que ofrecía una carta diferenciada en un ambiente más serio y sofisticado).
Por todo lo anterior, hacía casi un año que no visitábamos Ramsés. En esta ocasión hemos cenado en el espacio que denominan Laterraza, en el exterior y a pie de calle, con vistas a la Puerta de Alcalá y en la que el juego de luces y el moderno mobiliario con el que está decorada la convierten posiblemente en la terraza más cool de Madrid, con el acierto de que está disponible prácticamente todo el año gracias al imprescindible apoyo de varias estufas de diseño ¡y suele estar muy concurrida incluso en invierno!
La carta que ofrecen es la misma que la de Petit (el comedor que sigue abierto en la planta baja, más informal y con posibilidad de disfrutar de brunch los domingos) y en ella se presenta una serie de platos variados y cambiantes en el tiempo, sin una orientación gastronómica clara, sino posiblemente más destinada a satisfacer los diferentes gustos del variopinto público que acude; no obstante es fácil encontrar platos atractivos. Así, entre los entrantes, optamos por unas albóndigas de cerdo muy apetitosas, aunque había otras sugerencias interesantes como los buñuelos de bacalao o la crepe de oblea de arroz con salmón y queso freso. Como platos principales, destacar los linguini a la marinera, la penca de acelga a la bolognesa de cordero y el curry verde de carrillera; probamos el steak tartare y el arroz con pichón y colmenillas, ambos razonablemente buenos. También la carta tiene un pequeño apartado para delicatessen, con jamón Joselito -cortado a mano-, micuit de foie, caviar Baikal, quesos y ostras. De los postres decidimos compartir el flan de queso con mango y café (bueno).
En cuanto al equipo de camareros y servicio en general, esta vez todo fue bastante bien y fuimos atendidos muy correctamente (anteriormente detectamos que el servicio rotaba en exceso y no era suficientemente profesional).
En conclusión: cena agradable y razonablemente correcta en términos gastronómicos, en una terraza muy recomendable; el precio un poco caro, pues evidentemente se paga la ubicación. Aunque hemos salido más satisfechos que en otras ocasiones, en nuestra opinión Ramsés está enfocado a un público “de una noche” eminentemente turístico y cosmopolita que llena el cocktail bar y la terraza pero sin que se fidelice a la clientela. Al mismo tiempo mantiene su etiqueta como uno de los afterwork de referencia en Madrid. En su continuo intento por dar con la fórmula definitiva, hemos leído que desde el próximo mes de septiembre se hará cargo de la parte culinaria el cocinero valenciano Ricard Camarena (quien en su paso por el restaurante Arrop -actualmente cerrado- consiguió ser premiado con una estrella Michelín y tres soles Repsol), por lo que quizá esta vez Ramsés consiga la cuadratura de su particular círculo…
Precio medio: 35€ por persona
Nuestra valoración general: 7/10
GastroTip: para cenar en pareja o con amigos especialmente en Laterraza y después tomar una copa allí mismo o en el cocktail bar. Es habitual encontrarse con personajes famosos.

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