domingo, 28 de febrero de 2016

Lúa. Sofisticando la cocina gallega

Conocimos Lúa (luna, en gallego) en 2012, poco después de cambiarse a la que continúa siendo su actual ubicación en el paseo de Eduardo Dato. Ya en aquella primera visita nos gustó mucho (ver post) y desde entonces mucho ha llovido. Por ejemplo, su creador y chef, Manuel Domínguez ha logrado su primera “Estrella Michelin” y dos “Soles” en la Guía Repsol.
El local ha sido reformado desde nuestra anterior visita. Por aquellos tiempos disponía de una única planta a pie de calle, que ahora se destina principalmente a la zona de barra. Actualmente el comedor principal está en la planta de abajo, que ha sido decorada en tonos blancos y tostados, complementados por las paredes de ladrillo visto. Bajo la fórmula del menú único -que supone asumir cierto riesgo- a la que ha añadido el formato “barra” con una carta específica, Lúa ha continuado desarrollando una propuesta gastronómica moderna y sofisticada con continuas referencias a la cocina gallega. Este menú recoge cambios en función de la temporada y se sirve en nueve pasos, con un precio de 60 euros; consta de tres aperitivos, dos entrantes, un pescado, una carne, el pre-postre y el postre. Existe la opción de acompañarlo del correspondiente maridaje, en cuyo caso el menú asciende a 86 euros.


Comenzamos con una torrija de tomate, foie y arenque marinado, seguida de una sopa de ají de gallina, zamburiña y torrezno de bacalao y una cococha de merluza en tempura; muy ricos los tres aperitivos pero especialmente la torrija y la cococha. Como entrantes trajeron el tartar de corvina con huevas de pez volador, polvo de nachos y berenjena escabechada y el arroz meloso de apio con carabinero -exquisitos ambos. De pescado, la raya en caldeirada con crema de ibéricos y, como carne, la paletilla de cordero con reducción de salsa hoisin y mollejas empanadas sobre crema de puerro y judías verdes. Excelentes ambas aunque le sobraba un poco de salsa a la paletilla. Finalizamos la velada con un sorbete de mandarina y espuma de coco y un cremoso de queso San Simón con sopa de violeta, quizá demasiado grande y cremoso; los postres con recorrido de mejora… 

El servicio creemos que no está a la altura de lo que se espera de un restaurante de este nivel, lo cual soprrende dado que el restaurante ya tiene varios años de vida. 

En general, nos ha gustado mucho, si nos ceñimos al plano culinario, gracias a la calidad de las materias primas, los sabores y la presentación de los platos. 

Nuestra valoración general: 8,5 / 10.
Precio: 60 euros por persona, bebidas aparte.
GastroTip: para comer o cenar; no para grupos; buena opción para celebraciones especiales.

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